
Un mechero rosa, como la 
Ambrosía, el Néctar de los Dioses. Un mechero que me acompañará allá a donde vaya, como su obsequiante me acompañó a cultivar recuerdos en tierras extranjeras. Quien, cómo olvidarlo, también me recibió de la mejor manera que podía recibirme España:
 
Y estaba buenisimoooooo!!! que lo se
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